01 julio 2005

El Monje y el Caballero.

Este cuento lo leí por primera vez hace tiempo en un cómic de Daredevil, "Diablo Guardián", y aquí yo hago mi particular adaptación.

Caminaban un Monje y un Caballero durante largo tiempo juntos cuando el Caballero se atrevió a romper el silencio y decir:

- Te he observado durante muchos y dilatados días. Por tu fe, renuncias a ti mismo, a las riquezas y a la carne. Vas haciendo el bien allí por dónde pasas, te abandonas a los demás para intentar aliviar sus penas, perdonar su mal y hacer feliz al más afligido.
Yo, sin embargo, que no comparto tu creencia, aprovecho cada instante al máximo. Numerosas doncellas me siguen. El oro rebosa en mi renta. Tengo una vida llena de bienes materiales.
Dime, monje, ¿Qué pasa si al final de todo, después de la muerte, sólo nos espera ser pasto de los gusanos? ¿Y si tu Dios no existe?
Tu vida habrá sido malgastada.

Entonces el Monje medito un instante y luego le respondió:
- En tal caso me entristeceré, y sin embargo el bien que haya hecho sobrevivirá a mi muerte.
Pero ahora dime tú, caballero, ¿Qué pasa si al final de todo, Dios SÍ existe?

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