05 abril 2006

002. Kristin Wells: ¡la Superwoman que nunca existió!


Kristin Wells, recordando los buenos tiempos.

Es curiosa la cantidad de gente que al hablar de superhéroes mencionan, entre otros personajes, a Superwoman. Bien es cierto que la mayoría de ellos, a imagen de lo que Alan Moore hiciese en su obra Twilight, se refieren a Wonder Woman o, en el mejor de los casos, a Supergirl, la prima de Superman. ¡Pero Superwoman existió!

De hecho, a lo largo de los más de 60 años de vida de el Hombre de Acero han sido varias las mujeres que han llevado con orgullo (o no tanto) el nombre de Superwoman.

La primera, cómo no, fue la propia Lois Lane quien ganaría los poderes de Superman en 1943 y en años posteriores, siendo la última el mes pasado en el número 3 de All-Star Superman.

No obstante, la versión más conocida es otra Lois Lane -que nada tiene que ver con nuestra intrépida periodista-. Esta Superwoman pertenece al Sindicato del Crimen de América de Tierra 3 (Tierra 2 en su encarnación actual), una tierra paralela a la tradicional donde viven nuestros héroes. En realidad, se trata de la contrapartida maligna de Wonder Woman; es, por tanto, una amazona, y comparte los poderes de la heroína. Esta Superwoman apareció por primera vez en 1964, aunque no se estableció su identidad secreta hasta la novela gráfica JLA: Tierra 2, escrita por Grant Morrison y dibujada por Frank Quitely a finales de la década pasada (1).

Sin embargo, para mí tiene un encanto especial la que podríamos considerar la tercera Superwoman que existió, Kristin Wells (2). Perteneciente a la edad de Bronce del cómic, aparece por primera vez en la novela Miracle Morning, escrita por Elliot S! Maggin en 1983 para poco tiempo después ser introducida en los cómics.

Kristin Wells, además de ser profesora de historia americana entre los años 1763 a 2100 en la universidad de Columbia del lejano siglo XXIX, es una viajera temporal que simulaba los poderes de Superman (y algunos extras) gracias a la tecnología futurística a su disposición. Su primer viaje al siglo XX fue a la edad de 19 o 20 años cuando aún era una estudiante para resolver el misterio de la Mañana Milagrosa, una festividad interplanetaria relacionada de algún modo con Superman. Al volver a su tiempo natal su recuerdo se borraría de la memoria de todos los mortales excepto de Clark Kent.

Años más tarde, ejerciendo ya de profesora, Kristin vuelve a viajar al pasado para descubrir la identidad secreta de la única superheroína del siglo XX de la que se desconocía, Superwoman, ¡sin saber que se trataba de ella misma! En el pasado encuentra el traje de Superwoman en la oficina de Lois Lane en el Planeta solo para descubrir que se trataba del disfraz que la prima de Clark iba a utilizar en una fiesta de disfraces, que finalmente tampoco utiliza. Cuando un villano temporal llamado King Cosmos ataca e incapacita a todos los héroes de la Tierra, Kristin decide vestir el uniforme de Superwoman y utilizar toda la tecnología a su disposición para simular los poderes de Superman y salvar el día.

De vuelta a su tiempo, encontraría el amor en un compañero suyo, Barry Elkin, y se convertiría en una heroína interplanetaria. Todavía volvería a viajar en otra ocasión más al siglo XX, pero el viaje sería accidentado y se quedaría atrapada, amnésica, trabajando para Luthorcon durante una temporada. Finalmente recuperaría su memoria y volvería a su época, donde el profesor Elkin aún la esperaba enamorado. Su última aparición tendría lugar en 1986.

¿Qué paso entonces? Las Crisis en Tierras Infinitas. Una saga de proporciones cósmicas que cambió el universo DC para, en teoría, hacer que todo comenzase de cero. En la práctica, ni todo comenzó de cero ni todo se hizo todo lo bien que cabría esperar, pero en el caso de Superman, el barrido fue más que eficaz. Nunca existió Superboy, ni Krypto, ni Supergirl, ni ningún otro kryptoniano que no fuese él mismo sobrevivió a la explosión del planeta.

¿Y qué pasó con Kristin Wells? Nunca existió. Simple y llanamente, nunca hubo una Kristin Wells que viajase desde el futuro para convertirse en Superwoman. Y así acabo su historia.

O no, mientras aún haya gente que la recuerde con cariño. ¿Quién sabe? Quizá algún día la volvamos a ver enfundada en ese traje azul y rojo sobrevolando los cielos de Metrópolis.

Hasta entonces, yo tengo la suerte de tener en mi vida a mi propia Superwoman, mi propia Kristin que, como su contrapartida del cómic, lleva con orgullo ese nombre que trae esperanza. A ti te dedico mi entrada 75.

Sólo te pido un favor, cuando estés triste o simplemente cansada de todo, recuerda esto que dijo Kritin Wells: "Creo que he descubierto algo sobre Luthor, y por extensión, sobre el espíritu humano, algo que ni Luthor ni Superman llegaron a descubrir mientras vivían. Que incluso en el odio criminal, hay caridad. Así, Superman siempre estuvo en lo correcto asumiendo que, incluso cuando él no podía verlo, había algo de bondad en todas las vidas (3)."

(1) Técnicamente, ambas Superwoman del Sindicato del Crimen, la de 1964 y la de JLA: Tierra 2 son distintas (entran en distintas continuidades, una precrisis y otra postcrisis) y no tendrían que tener la misma identidad secreta.
(2) No consideramos entonces las encarnaciones femeninas de Superman como Clara Kent o Laurel Kent.
(3) Anotaciones finales en Miracle Morning.

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